Buenas tardes a todos

Nos es muy grato recibirlos en la Hemeroteca de Azul Juan Miguel Oyhanarte.

Hace 19 años, en el invierno de 1991, abría oficialmente sus puertas la Hemeroteca con el recuerdo y agradecimiento público hacia los periodistas que integraron la Comisión Directiva de la Biblioteca Popular de Azul “Bartolomé J. Ronco”. Fue a través de las palabras de su actual presidente, el Sr. Enrique Rodríguez, por entonces y hasta hace poco el encargado, y mucho más, mentor espiritual y laboral de todo cuanto se ha hecho aquí.

 

Ese día estaba entre los presentes, como hoy lo están ustedes, Juan Miguel Oyhanarte. Y ese día, como lo hacemos hoy, fueron destacadas las colecciones de periódicos y diarios con que cuenta la comunidad, a lo que debemos agregar el profuso material de autores azuleños; con la incorporación, aprovechando los avances tecnológicos, de nuestra página web y el archivo digital que guarda la memoria en forma de imágenes.

 

Pero si es bueno conservar el patrimonio, y vale para esto renovar el recuerdo hacia quienes llevaron el emprendimiento de rescatar de la inundación de 1980 el material periodístico, resulta excelente poder destacar que, además, nuestro patrimonio ha sido acrecentado. La habilitación de este sector para nuestro traslado mejora el acceso a los diversos aspectos culturales que brinda la Biblioteca a través de la Hemeroteca y la Casa Ronco. 

 

Durante muchos años esta espléndida casa guardó en forma callada las obras y los sueños de Don Bartolo y Doña Santa; quienes han despertado llamados por nosotros y nos acompañan, es más, si evaluamos los últimos años y el porvenir cultural de Azul, no es exagerado reconocer que guían nuestro futuro.

 

Junto a ellos, hoy incorporamos oficialmente el nombre de un hombre íntegro y sapiente como Juan Miguel Oyhanarte, para orientarnos también hacia el buen vivir. Porque fue señor de la buena memoria y de la vocación periodística, que como toda vocación se ofrece anclada en las necesidades de los demás, cultivó el olvido por el reloj y la valentía de señalar las flaquezas de nuestra condición ciudadana, y a la vez las buenas obras que repararan las injusticias.

 

Hace años que contamos con sus palabras escritas en los ejemplares del Diario El Tiempo, entre las voces que han sido escuchadas y otras que aguardan serlo, a través de la consulta y la lectura, aportando sus testimonios, sufridos, festivos, solemnes, sencillos; todos huellas de un camino que nos ha conducido hasta aquí para ser quienes somos. Porque sin huellas no hay camino es que el significado de nuestra tarea es ofrecer un lugar a disposición de la gente desde donde abordar, para recrearlas, nuevas historias interpretando las viejas.

 

Aprovechamos la ocasión, en el marco del bicentenario de la Patria, para convocar al periodismo, al cuerpo docente y alumnos, y a todas las instituciones azuleñas que sostienen nuestra comunidad, a participar en la divulgación y buen uso de este patrimonio, de valor incalculable para consolidar nuestra identidad.

Muchas gracias.